Capitán: José Miguel Segarra Segarra La Vila Joiosa 1870 – Canal de San Jorge 1915
La tarde del 27 de diciembre de 1915, en las islas Sorlingas, archipiélago inglés que señala el límite noroccidental del Canal de La Mancha, situado al oeste de la costa de Cornualles, naufragó el vapor de la Cía. Valenciana de Vapores Correos de África, Mariano Benlliure, al mando se encontraba el capitán D. José Miguel Segarra Segarra, natural de La Vila Joiosa, un marino experto con gran tradición marinera en la familia.
Destinado desde un principio a la ruta Barcelona-Canarias con pasaje y carga, en esta ocasión arrumbó a Inglaterra con sus bodegas repletas de naranjas para volver cargado con carbón, ruta muy complicada y peligrosa en esos días pues recordemos que eran tiempos guerra, la Primera Mundial y el Reino Unido sufría el acoso constante de los submarinos alemanes, submarinos que meses después en el año 1916 y en esas mismas aguas, torpedearon y hundieron, afortunadamente sin víctimas, al vapor valenciano Luis Vives.
El día de Navidad de 1915, el Mariano Benlliure con 45 hombres a bordo zarpó de Liverpool rumbo a Génova, con 3000 toneladas de carbón en sus bodegas. Durante el segundo día de navegación, la mar acentuó el mal carácter que ya había manifestado desde la salida de puerto y una terrible galerna de poderío ilimitado sorprendió al desafortunado buque. El Capitán Segarra conocedor de que abandonar el barco en aquellas circunstancias era encarar una muerte segura, enfiló hacia las olas con poco motor, su única salvación era subirlas y bajarlas cual montaña rusa y aguantar hasta pasado el temporal, salvar el barco ere salvar a la tripulación.
Tras varios dramáticos mensajes radiotelegrafiados advirtiendo de importantes daños y de partes del buque inundadas, la Compañía ordenó a Segarra abandonar el buque negándose este a la orden, con el mensaje de que si no podía salvar el buque se hundiría con él, pues no había salvación posible si arriaban los botes. Pronto llegaría la última transmisión desde la cabina del radiotelegrafista; «Continuamos en las mismas condiciones aguantando el temporal. Imposible salvarnos. Dentro de pocos minutos pereceremos 45 hombres. Adiós. Segarra». Así fue, de nada sirvieron las heroicas y desesperadas maniobras de Segarra, el Mariano Benlliura y 43 de sus tripulantes acabaron en el fondo del mar.
En la web Històries de la Mar de La Vila Joiosa se da como factor probable del hundimiento, el posible corrimiento a causa de la galerna, de la carga que transportaba en sus bodegas. D. Ernesto Anastasio Pascual*, en una conferencia titulada «Los accidentes marítimos” dice refiriéndose al M. Benlliure; “…Y aquel barco, que navegaba con todas las de la ley, pero que cuando estaba abarrotado de carbón quedaba con muy poca obra muerta, pereció, seguramente por esto. La mar, rompiendo en cubierta, respetó las escotillas, pero se precipitó por la entrada de la cámara, empezó a invadir la bodega y la sala de máquinas…”
Tanto si fue así o también por un paro de motor, causa muy aceptable, en tales circunstancias el buque habría quedado de costado y a merced del oleaje, escorándose hasta hundirse sin remisión. Del mismo modo cabe la posibilidad de que arrumbado de cara al oleaje y una vez en la cresta de una gran ola, el vapor enfilara hacia el fondo penetrando en el mar como un cuchillo en la gelatina para no volver a salir. En esta clase de galernas, las olas pueden llegar a superar los 15 metros de altura.
Las noticias de la tragedia se demoraron 3 días, el Almirantazgo británico distrajo de la guerra que estaba librando varios buques torpederos con el ánimo de auxiliar a los náufragos, pero pese al esfuerzo, la esperanza de encontrar a la tripulación con vida se disipó a medida que transcurrieron los días. El 8 de enero, pasados 12 días desde su desaparición y constatado que ya era físicamente imposible sobrevivir en aquellas gélidas y turbulentas aguas, testimonio de infinidad de desastres navales, tanto las autoridades navales españolas como los responsables de la naviera, expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas, dando a toda la dotación del vapor por fallecida. Sólo se rescataron del mar dos cuerpos, el del Capitán Segarra y el del primer maquinista, ambos fueron trasladados a Portsmouth donde recibieron cristiana sepultura.
Cuenta en un magnífico y emotivo artículo el Capitán de la Marina Mercante D. Francisco Font Betanzos** que, Juan Segarra Esquerdo hijo del Capitán Segarra y también Capitán en la Trasmediterránea, al tomar posesión del mando del buque Cap. Segarra allá por los años cincuenta, lo primero que ordenó fue retirar la fotografía de su padre de la Cámara de Oficiales; “No quiero que mi padre se pueda hundir dos veces”.
En honor al capitán de La Vila Joiosa, el presidente de la Compañía, José Juan Dómine, decidió que un nuevo buque de la empresa portara su nombre, y así el barco Capitán Segarra botado en junio de 1917, se convirtió en el primer buque de nueva construcción de la Compañía Valenciana de Vapores Correos de África.
También La Vila Joiosa le rindió su homenaje incorporando a su callejero la memoria de José Miguel Segarra Segarra, el heroico Capitán Segarra.
B M
*Capitán de la Marina Mercante, práctico del puerto de Barcelona, abogado y naviero entre otras cosas.
**Capitán de la Marina Mercante, coautor del libro del Centenario de Trasmediterránea.
Fuentes:
Francisco Font Betanzos, Historias de la Mar. https://armada.defensa.gob.es/archivo/rgm/2009/05/cap11.pdf
Fernando García Echegoyen. https://echegoyen.es/
Carlos Llorca Baus, La Vila del Mar.
https://historiesdelamardelavilajoiosa.blogspot.com/search?q=capitan+segarra